Tus ojos, tus ojos me recitaron esta poesía.

Negros, marrones oscuros, como quieras verlos.
Con vida propia, con un mundo nuevo.
Tus ojos, más allá de ti,
son todo tu en apenas dos centímetros.
Tus ojos…
acarician, besan, hacen el amor.
Son el sustantivo “sabor”.
Grandes, siempre, pequeños, a veces,
y, ante todo, pasajeros.
Tus ojos, momentáneos.
Miran, porque tu les mandas,
sienten, por su vida propia,
dicen, sin mentiras, porque lo necesitan,
y, a veces, te traicionan.
Tus ojos, tu peor enemigo.
Tus ojos, a quien cuentas tus secretos,
confiado.
Tus ojos, aquellos que, con detalles,
con precisión y con una sonrisa, los susurran.
Tus ojos: fuente inagotable de calor.

No sabrás nunca lo que siento por ellos,
lo que les digo, lo que me cuentan,
las veces que los espero.
Tus ojos, allí donde quiero ir siempre,
donde me gusta perderme,
donde adoro encontrarte.
Tus ojos, me dan vida, me fortalecen.
Tus ojos…
Tus ojos son como caricias,
como pensamientos antes de dormir.
Tus ojos me superan, me atraen,
me llegan, me abandonan.
Tus ojos, quiero más de tus ojos.
Donde no hay tiempo, ni distancias, ni problemas.
Tus ojos, tus ojos son sueños.
Acumulantes de nervios,
me influencian, crean una nueva ideología.
Tus ojos, siempre serán ellos.
Tus ojos, estoy enamorada de tus ojos…
y no te pediré perdón, porque ellos me obligaron.

Comentarios

Entradas populares